Sí, esto aterra mi corazón dentro del pecho,
pues tan pronto te miro un instante,
como ya me es imposible decir una palabra,
pues mi lengua desfallece; en seguida,
un fuego sutil irrumpe bajo mi piel,
nada veo con mis ojos, zumban
mis oídos,
se me esparce el sudor, un escalofrío
me apresa toda, estoy más pálida
que la hierba y me parece que
falta poco para morir.
Pero todo hay que soportarlo, pues esto es así.
A Una Amada
Paréceme a mí que es igual a los dioses el mortal que se sienta frente a tí, y desde tan cerca te oye hablar dulcemente y sonreír de esa manera tan encantadora.
El espectáculo derrite mi corazón dentro del pecho. Apenas te veo así un instante, me quedo sin voz. Se me traba la lengua. Un fuego penetrante fluye en seguida por debajo de mi piel. No ven nada mis ojos y empiezan a zumbarme los oídos. Me cae a raudales el sudor. Tiembla mi cuerpo entero. Me vuelvo más verde que la hierba. Quedo desfallecida y es todo mi aspecto el de una muerta...
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